TESTIMONIOS SOBRE EL Dr. DIE GOYANES
POR EL DR. EDUARDO FERRERO
MI HOMENAJE AL DR. DIE GOYANES
Dr. Eduardo Ferrero Herrero, Jefe de Servicio de Cirugía General y Digestiva. Hospital U. 12 de Octubre
Representa un gran honor escribir estas palabras de homenaje al Dr. Alfredo Die Goyanes en la conmemoración de la Cátedra de Oncología Quirúrgica ASISA-UAH.
En 1586, el marqués de Santa Cruz, Don Álvaro de Bazán y Guzmán, Capitán General del Mar Océano explicaba, en relación a los preparativos de la Gran Armada para la invasión de Inglaterra, que nunca trasladaba al papel la estrategia ni los objetivos concretos que contemplaba, porque "el negocio es tal que no se puede del todo tratar ni conferir por escrito", por las dimensiones tan espectaculares que concernía. Pues bien, al empezar yo a escribir estas líneas sobre la influencia que tuvo el Dr. Die Goyanes en mi trayectoria profesional, me han abordado sentimientos tan arraigados y atrapados en mi subconsciente que es difícil también describirlos por escrito con la seriedad y humildad que este acto precisa.
No obstante, mi maestro y amigo el Dr. A. García Villanueva, colaborador ejemplar con el Dr. Die Goyanes, me encargo trasladar al papel las vivencias y recuerdos de esos maravillosos años de MIR y médico adjunto en el Departamento de Cirugía General y Digestivo del Hospital Ramón y Cajal, dirigido en sus inicios por el Prof. A. Nuñez Puertas y posteriormente por el Dr. A. Die Goyanes.
Después de sus estancias en 1964 en el Prince George's General Hospital de Washington con la beca de la Fundación Fullbright, de 1965 a 1968 en el Memorial Sloan-Kettering Cancer Center de Nueva York y antes de su incorporación al Hospital Ramón y Cajal (1976-1997), el Dr. Die Goyanes trabajo en el Instituto Nacional de Oncología de Madrid (1969-1973) y en el Hospital 12 de Octubre (1973-1976); de estos dos últimos hospitales me consta cómo sus discípulos pudieron disfrutar de sus enseñanzas y habilidades quirúrgicas, en la difícil disciplina de la cirugía oncológica de aquellos tiempos. Recordando su magisterio y experiencias trasmitidas, en mis años de formación, creo que éstas me han acompañado intensamente durante estos años de experiencia profesional en el Hospital Ramón y Cajal y en el Hospital 12 de Octubre.
Dicen que los maestros, como fue para mí el Dr. Die Goyanes, dejan una huella que no se borra y que su influencia determina muchos de nuestros actos posteriores. Su concepto de la Cirugía Oncológica y la aplicación práctica que trasladaba en el quirófano, ha hecho que nunca olvide lo que aprendí con mucha ilusión en esas estupendas horas de quirófano vividas en su compañía.
Con el paso de los años y rememorando esos recuerdos me he dado cuenta que el proceso de aprendizaje, ayudando en quirófano, trascurre de una forma dinámica y casi imperceptible, sin darse cuenta, trasladando en muchas situaciones acontecimientos aprendidos y guardados en la memoria, que repiten la presencia anterior del maestro en esas mismas circunstancias.
Las experiencias que recuerdo en el Hospital Ramón y Cajal, en referencia a las enseñanzas, que nos trasmitía el Dr. Die Goyanes, sobre la Cirugía Oncológica, han cambiado mucho en la actualidad; pero persisten los conceptos básicos que me enseño entonces: la disección meticulosa de tejidos, el aislamiento del tumor, la disección ganglionar oncológica en diversas localizaciones (axilar, ilio-femoral, retroperitoneal), abordaje de grandes tumores retroperitoneales y también los principios básicos de la cirugía conservadora de la función en la cirugía exerética de las neoplasias de órganos sólidos y esqueléticas. Su campo de actuación quirúrgica era tan amplio, que en la actualidad no sería posible abarcarlo dada la compartimentación de la cirugía y su división en unidades de alta especialización. Pero en aquella época era habitual ayudar al Dr. Die Goyanes en las cirugías complejas de la cirugía neoplásica abdominal, hemipelvectomías, sarcomas de partes blandas y óseos, cirugía mamaria radical y conservadora, cirugía endocrina y de los tumores retroperitoneales. También realizó cirugía torácica y disección del hueso temporal, pero en menor medida al ir imponiéndose la división en especialidades concretas.
Recuerdo las cirugías realizadas por el Dr. Die Goyanes junto con el Dr. García Villanueva, en las que nos preguntaba acerca de referencias anatómicas que obligaban a estudiar muy bien el campo quirúrgico antes de entrar en quirófano, para responder adecuadamente. Las complejas disecciones efectuadas por el Dr. Die Goyanes implicaban conocer muy bien toda la anatomía y la relación que existía con nervios y vasos, que era imprescindible aislar y respetar, para no alterar la función, aunque siempre siguiendo escrupulosamente el principio de la cirugía oncológica de no dejar tejido tumoral "visible" si esto era factible.
Entre las gratas experiencias vividas en aquellos años, una especialmente la recuerdo con cierta amargura, por la impresión que me provoco en esos años de aprendizaje (1986-87); fue mi colaboración en dos hemicorporectomías: en una paciente con una úlcera maligna de Marjolin en región perineal y un paciente con un sarcoma sacro. Esta experiencia abrumadora, por la carga psicológica que en aquellos momentos afectaba tanto al paciente como al cirujano, me ha hecho recordar el dramatismo de la situación vivida por el Dr. Die Goyanes y su equipo, el sentido y emotivo discurso en el Congreso Nacional de la Federación Española de Sociedades de Oncología (FESEO), celebrado en Valencia en 2004, donde explicaba sus sentimientos y detalles de la cirugía practicada; trasmitía al auditorio, con tristeza y aflicción, su pesadumbre y preocupación por estos pacientes y las indicaciones quirúrgicas que existían en esos momentos. En 1993, el Dr. Die Goyanes había recibido el Premio al mejor contenido Científico-didáctico por la película "Hemicorporectomía", concedido por la Asociación Española de Video-cirugía en Valencia. Yo así lo recuerdo, pero puede fallarme la memoria o haber querido trasladar sentimientos ocultos de esos instantes, que inspiraron a muchos cirujanos para buscar otras alternativas terapéuticas, como efectivamente así fue y es en el momento actual, para el beneficio y el tratamiento oncológico de dichos pacientes.
También recuerdo el homenaje de reconocimiento a su vida profesional, que recibió en el Congreso Nacional de Cirugía Oncológica y el acto más íntimo y familiar que le organizamos en el restaurante "La Pepica", con excelente paella incluida en el menú, donde le entregue un pequeño álbum de fotos, de elaboración artesanal, con emotivos recuerdos de los quirófanos del Hospital Ramón y Cajal, que recibió con mucho agradecimiento y emoción.
En el momento actual de mi vida profesional como cirujano, solo puedo recordar con mucha satisfacción mi experiencia vital con el Dr. Die Goyanes, con el que he mantenido contacto puntual durante todos estos años en reuniones de homenajes a compañeros, congresos o en felicitaciones por circunstancias diversas. Este sentimiento me acompañará siempre, deseando que este acto de homenaje al Dr. Die Goyanes se desarrolle manteniendo los lazos de amistad y compañerismo entre todos los que coincidimos temporalmente con él y seguimos interesados en mantenernos unidos en confraternidad por las enseñanzas que nos transmitió.
Todos los que añoramos nuestros años de aprendizaje, recordamos a nuestros maestros y, por eso, Dr. Die Goyanes te apreciamos y recordamos por la huella e influencia que has dejado en nosotros y que no se detiene y pervive con el paso de los años.
Madrid, Septiembre 2020.